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Los Temibles Momos: La Estructura Criminal en las Fuerzas Armadas de Guatemala - Parte 1



Guatemala enfrenta una de las crisis más graves en la historia reciente de su Ejército, impulsada por una estructura criminal que ha estado operando desde la administración del Gobierno anterior, encabezada por el Capitán de Navío Carlos Humberto Mota Ramírez y el Coronel de Aviación Julio Roberto, mejor conocido como “El Mono” Ortiz Estrada, fuentes cercanas aseguran estos dos personajes no son reconocidos por sus méritos militares, sino por su vinculación con graves actos de corrupción y desfalcos millonarios. Su accionar dentro del Ministerio de la Defensa Nacional durante el gobierno de Alejandro Giammattei ha dejado un rastro de ilegalidad y deterioro al Estado.


La carrera de Mota Ramírez, lejos de estar marcada por un compromiso con la defensa nacional, se ha caracterizado por su vinculación con actos de enriquecimiento ilícito. Durante su permanencia en la Dirección de Finanzas del MINDEF, se documentan diversas operaciones financieras sospechosas que han sido señaladas como la base de su enriquecimiento personal, dejando en evidencia la falta de ética y legalidad en sus funciones. Su llegada a estas posiciones de poder no fue fortuita, sino fruto de una red de influencias por medio de su aliado Miguel Martínez, Mota Ramírez obtuvo un permiso especial para ocupar el puesto de jefe adjunto de las unidades financieras y ejecutoras del Ministerio de Gobernación.


A pesar de los graves cargos que pesan sobre él, el Capitán Mota Ramírez sigue disfrutando de una protección institucional que le ha permitido ascender dentro del Ejército. Recientemente, el ministro de la Defensa, Henry Saénz, lo nombró comandante del Comando Naval del Pacífico, una posición estratégica que le otorga un control significativo sobre las aguas del país. A pesar de la evidencia que lo vincula con actos criminales, Saénz ha decidido promover su ascenso dentro de las filas militares, lo que ha generado una fuerte preocupación.


Según información proveniente de fuentes internas del Comando, se tiene conocimiento de que el próximo 18 de enero, el ministro Saénz ascenderá ilegalmente a Mota Ramírez al rango de Vicealmirante, un acto que no solo contraviene la normativa militar, sino que también refuerza la conexión entre las altas esferas del ejército y el crimen organizado.

Este tipo de prácticas ha generado un descontento creciente entre los oficiales superiores y subalternos del Ejército, quienes observan cómo el poder militar ha sido desvirtuado y utilizado para intereses personales y criminales. Aunque el presidente Bernardo Arévalo, en su rol de Comandante General del Ejército, ha prometido implementar un gobierno diferente, estas redes de corrupción y abuso de poder siguen operando sin obstáculos significativos.


Las evidencias de corrupción de Mota Ramírez y Ortiz Estrada no solo son de conocimiento público a nivel nacional, sino que también han trascendido fronteras. En diversas embajadas y organismos internacionales, ya se ha iniciado un seguimiento a las empresas locales y extranjeras involucradas en los negocios ilícitos orquestados por estos oficiales. Sin embargo, la falta de denuncias formales en Guatemala, presuntamente debido a “arreglos” con las autoridades militares actuales, ha impedido que el Ministerio Público lleve a cabo una investigación exhaustiva.

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