Durante la crisis de COVID-19, el Dr. Edwin Asturias, reconocido por su liderazgo en la gestión de la pandemia, utilizó su puesto e influencia para asegurar fondos no solo para la lucha contra el virus, sino también para otros fines más cuestionables. Entre estos, se destaca el financiamiento de la campaña de sus aliados en el partido Semilla y un millonario respaldo para la aplicación de telemedicina denominada ALMA que fue creada por su hija.
La situación tomó un giro polémico cuando, en aparente retribución a los favores electorales proporcionados por el Dr. Asturias, el presidente Bernardo Arévalo y la Vicepresidenta Karin ordenaron al Ministerio de Salud el despliegue de la aplicación ALMA. Esta decisión se tomó sin ningún evento formal y sin haber sido incluida debidamente en el Plan Operativo Anual (POA) y el Plan Anual de Compras (PAC) para 2024.
La implementación de ALMA ha suscitado críticas debido a que, en paralelo, los niños del país han perdido el seguro escolar. Los fondos que anteriormente se destinaban a asegurar la salud y el bienestar de los estudiantes ahora se utilizan para financiar una aplicación que muchos consideran inútil.
La controversia pone de manifiesto las preocupaciones sobre el uso indebido de fondos públicos y la falta de transparencia en las decisiones gubernamentales. Mientras tanto, los ciudadanos observan con creciente inquietud cómo se manejan los recursos en tiempos de crisis.
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