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Negligencia en hospital público causa muerte de pacientes


Los hospitales nacionales siguen cobrando víctimas sin que las autoridades del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social investiguen de oficio las quejas de pobladores que señalan una pésima atención. Uno de los hospitales con mayores denuncias es el Hospital Nacional de Amatitlán.


La tarde del martes del 18 de junio, Susan Saraí Orantes Méndez, de 22 años de edad, de profesión Perito Contador, presentó dolor abdominal, se intentó trasladar hacia un centro hospitalario en Escuintla, pero se complicó por el fuerte congestionamiento vehicular a causa del hundimiento en el km 44 de la autopista Palín-Escuintla, por lo que sus familiares pidieron a los Bomberos Voluntarios llevarla a la emergencia del Hospital Nacional de Amatitlán.


A su llegada fue recibida con la típica frase: "se tienen que esperar porque no hay médicos", la joven tuvo que soportar el fuerte dolor abdominal sentada en una silla de ruedas por varias horas y hasta que vomitó sangre corrieron unas enfermeras a auxiliarla, minutos después convulsionó; fue allí cuando apareció un médico quién ordenó llevarla a "sala de shok" en donde perdió la vida a causa de un paro cardíaco, según relataron sus familiares.

Los sueños de la ex alumna del Instituto Bethania, se apagaron en la sala de emergencias del Hospital Nacional de Amatitlán, dejando en la orfandad a un niño de 1 año de edad. Sus padres indignados indicaron que tomarán acciones legales en busca de mejorar el servicio en ese nosocomio y evitar que otras personas sufran esa dolorosa experiencia.


A este caso se suma la muerte de Elder Gerardo Chen Jiménez, el 25 de mayo del 2024, según familiares, el docente originario de Palín Escuintla, no recibió la atención médica oportuna y murió en una de las bancas externas del Hospital Nacional de Amatitlán.


También existe el caso de un niño internado en el área de pediatría hace algunas semanas, en donde la madre del menor exigió una mejor atención para su pequeño hijo y una enfermera le respondió: "si no le gusta váyase a un hospital privado".


Este hospital público es frecuentado en su mayoría por personas de escasos recursos, quienes al momento de enfermarse enfrentan el dilema de morir en casa o en la sala de emergencias, a su ingreso en este lugar corren el riesgo de no volver a ver la luz del día o el rostro de sus seres queridos.


Se hace un llamado de manera publica a la Procuraduría de los Derechos Humanos y al Ministerio Público, para que realicen las investigaciones correspondientes y deduzcan responsabilidades, se exige al Gobierno de Guatemala que asuma su responsabilidad garantice el derecho a la salud de todos los guatemaltecos.

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