Parloteo
El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, se alista para asumir el mando del ejecutivo con una propuesta contundente: cerrar la ruta del Darién. Esta selva inhóspita, que se extiende a lo largo de 266 kilómetros en la frontera con Colombia, se ha convertido en un peligroso corredor para migrantes que buscan llegar a Panamá y, eventualmente, a Estados Unidos. En 2023, más de 500,000 personas atravesaron este trayecto, generando una crisis humanitaria y un impacto económico significativo para el país centroamericano.
Mulino ha subrayado que el manejo de esta situación cuesta a Panamá cerca de 100 millones de dólares anuales. "Este es un problema que nos afecta todos los días y que no podemos ignorar", expresó el presidente electo.
Como parte de su plan, Mulino propone establecer un acuerdo de cooperación con Estados Unidos para facilitar el proceso de repatriación de los migrantes que crucen la frontera ilegalmente. Este proceso estaría estrictamente monitoreado por organismos de derechos humanos para asegurar su cumplimiento adecuado.
Mulino detalló que su estrategia incluye la disposición de vuelos para retornar a los migrantes a sus países de origen, principalmente Colombia y Venezuela. "Después de ver despegar el cuarto o quinto avión, los migrantes lo pensarán dos veces antes de aventurarse nuevamente a cruzar la selva durante 21 días, enfrentando todo tipo de peligros y la posibilidad de muerte, sabiendo que serán repatriados", explicó.
El presidente electo ha iniciado conversaciones con funcionarios estadounidenses para consolidar este plan y buscar inversiones significativas que ayuden a contener el flujo migratorio. La promesa de cerrar la ruta del Darién fue uno de los principales puntos de campaña de Mulino y se perfila como una de sus primeras acciones al asumir la presidencia de Panamá.
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