En una movida que ha dejado a más de alguno rascándose la cabeza, el Presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se reunió el pasado viernes 28 de junio con la cúpula de la Policía Nacional Civil (PNC) y los comisarios generales para dar una orden que ha sido interpretada como una clara obstrucción a la justicia. "TODO lo que solicite el Ministerio Público tiene que llevar su autorización", generando un revuelo entre los oficiales y en la opinión pública.
Esta orden pareciera un intento descarado de controlar y manipular las investigaciones que realiza el Ministerio Público como un acto de venganza hacia la Fiscal General o será que se asegura de que nada incómodo salga a la luz.
Pero como si esto no fuera suficiente para poner en jaque la ya tambaleante confianza en el gobierno, se conoce que, para este martes 2 de julio, se genere una reconcentración total de la PNC, lo que significa que no habrá presencia policial en ningún lugar del país. En otras palabras, los ciudadanos deberán arreglárselas solos en lo que promete ser un día de desorden y potenciales problemas.
Hasta el momento se desconoce el motivo de esta reconcentración de las fuerzas de seguridad, lo que solo ha servido para aumentar la incertidumbre. Se especula que podría tratarse de una pugna de conflictos internos. Sin embargo, la falta de transparencia y comunicación oficial deja a los guatemaltecos a merced de los delincuentes.
Esta situación plantea una gran pregunta sobre las prioridades y la gestión de la seguridad en el país, lo que llevaría a la perdida de la confianza hacia las autoridades.
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